Admiraba su cuerpo, tan delicado. Era el mejor regalo en siglos y solamente por una alma. Aquello era único, de goze, de sentir un cuerpo nuevo solamente para mi.
Pase uno de mis dedos por sus carnosos labios, para ir bajando por su barbilla, cuello y lentamente por el canalillo. Esa ropa poco duraría sobre su cuerpo. Pronto la haría mía para la eternidad.
Seguí bajando mis dedos por su abdomen y note como se estremeció, sus mejillas se tornaban sonrosadas a cada segundo que pasaba mis dedos por su abdomen, sonreí y pase lentamente mi lengua por ella, la oí gemir suavemente. Eso me había agradado de sobre manera.
Seguí pasando mis dedos por sus piernas y volviendo a subir hasta sus labios. Estaba sonrojada y se la notaba que tenia unos sueños muy agradables. Su olor me impregnaba. Realmente había sido una buena adquisición. La bese suavemente me correspondía en sueños al beso, que iba tomando mayor calidez.
Me separe de ella mirando su cara y fijándome que abría los ojos lentamente. Al principio no sabia donde estaba y quien era, luego se puso a la defensiva. Aquello me agradaría vería que tan buena podía ser. Aunque no lo fuese de esa forma la usaría para mis placeres y tal vez...
(...)
No me costo mucho dominarla pues cayo rendida a mis pies, no estaba mal pero podía mejorar y yo me aseguraría de ello, necesitaba algo mejor y ahora mismo ella seria ideal para todas los planes que tenia pensado. Acabaría cumpliendo mis expectativas era lo mejor que había en milenios.
Sonreí, la alcé del suelo cogiendola de un brazo, mirándola a los ojos intensamente recortando espacios la bese, al principio se negó a seguirlo pero después de entrar en su mente y hacerle ver que lo mejor seria que se entregase, pues así accedió a rendirse a mi. Me reía internamente parecía tan buena y todo, pero eso lo cambiaríamos con el paso del tiempo. Serian largos los tiempos que pasaríamos juntos.
La acosté con suavidad en la cama mientras besaba y mordía su hombro, tenia debilidad en esa zona lo sabia, se notaba, se palpaba y lo sabia por experiencias en los sueños que habíamos tenido ambos. Le fui quitando su poca ropa y con ello admire su cuerpo, torneado por el ejercicio y suave al mismo tiempo.
Le dije suavemente que iba a estar en la gloria y que una vez que me cataría no querría separarse de mí jamás. Vi que sonrió con cierto deje de malicia y empecé a recrearme en su cuerpo. Besaba su cuello, pasando mi lengua con la punta suavemente saboreando su sabor, seguía bajando por su canalillo.
Me deleité en esa zona pues pasaba por un pecho, moviendo, jugando con la lengua y los dientes en su pezón. Ella gemía suavemente, pase al otro pecho mientras mis manos le quitaban el resto de su ropa. Seguí bajando después de jugar con sus pechos, bese admire y desee su abdomen.
Baje mas besando, saboreando su cuerpo cada centímetro, separe lentamente sus piernas mientras una de mis manos recorría una de ellas y la otra seguía con uno de sus pechos. Sonreí diciéndole que ahora vería lo que seria placer pues yo era el rey de eso.
Pase lentamente mi lengua por encima, sonreí al volverla oír gemir algo mas fuerte y tan suave que me encantaba. Seguí pasando la lengua por su zona tan suave, la entrada al placer.
Profundice las lamidas hasta que ya con sus leves gemidos más rápidos, entre con ella para ir jugando mientras al mismo tiempo metía un dedo para estimularla mas de lo que ya estaba. No tardo en llegar al primer gemido mas fuerte que el resto, empecé a subir levemente mientras ya había dentro dos dedos para seguir en ella.
Pasaba mi lengua por uno de sus pezones mientras aumentaba el ritmo, seguía subiendo hasta llegar a su hombro besándolo y acariciándolo. Notaba que ya estaría apunto pero antes de ello saque los dedos y la bese, haciendo que nuestras lenguas jugasen entre ellas. Aproveche para meter esa parte de mí en ella, gimió mas fuerte y besándola como estábamos empecé a moverme.
Cada vez iba mas deprisa hasta que no tardo en llegar el segundo de lo que quedaba de la eternidad.